La Justicia declaró este jueves el estado de rebeldía y ordenó la captura nacional e internacional de Marcelo Leiva quien se encuentra en calidad de prófugo por una grave denuncia de abuso sexual contra sus propias hijas en hechos ocurridos en la localidad de Colonia Pando.
La decisión se tomó en una audiencia unilateral celebrada por el juez de Garantías, Antonio Balestra, a solicitud de la fiscal María Eugenia Ballará.
El imputado es un exconvicto de 50 años, denunciado en diciembre último por su expareja por los abusos sexuales de sus propias hijas que ahora son adolescentes, en hechos que se habrían registrado desde que tenían 5 años.
La titular del Ministerio Público, entre los argumentos que expuso, menciona que el acusado “ha eludido la orden de detención dispuesta oportunamente por el juez de Garantías Lucio López Lecoube”.
Alegó que la comisaría de la localidad de Colonia Pando arbitró numerosas medidas tendientes a la ubicación de Leiva con operativos diarios de búsqueda por la jurisdicción, que abarcaron las colonias vecinas Laurel, La Elisa, Libertad, Rosado, Costa Batel y Buena Vista, entre otras.
Además, se realizaron rastrillajes por montes, viviendas abandonadas, así como operativos de control vehicular e identificación de personas.
En el marco investigativo se supo que el celular que estaria en posesión de Leiva se habría activado en la provincia de Buenos Aires, con lo cual se avanza con la recolección de evidencias a fin de lograr su aprehensión.
Caso
Existen dos denuncias por abusos sexuales de las madres de tres jóvenes vejámenes reiterados con acceso carnal de las menores. El acusado es un hombre que había cumplido una condena por abuso sexual y homicidio a una mujer mayor de edad, ocurrido años atrás también en Colonia Pando.
La acusación quedó firme después que el pasado 20 de diciembre, las menores declararan en Cámara Gesell donde las jóvenes coincidieron en que los abusos sexuales se iniciaron desde que tenían 5 años de edad.
En la actualidad las menores que son sus propias hijas tienen 12 y 14 años, en tanto que la tercera víctima de 12 años también sería su hija no reconocida de manera legal ya que llevaría el apellido de la madre.
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