El Tribunal de Juicio de la Cuarta Circunscripción hizo lugar a la acusación del fiscal Facundo Sotelo (UFIC de Paso de los Libres) y condenó a R.I.A., de 22 años, a la pena de 12 años de prisión como autor del delito de abuso sexual de una menor de 13 años de edad, gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización, agravado por el grave daño en la salud mental de la víctima, en concurso real con el delito de producción de imágenes pornográficas de un menor de edad.
Este último tipo penal fue contemplado en la acusación del doctor Sotelo porque el día en que A. cometió el hecho por el que fue juzgado -el 24 de junio de 2022- fue a una casa cercana a la suya para conectarse a la red de wi-fi y al quedar solo con la hija de la familia que allí residía (su madre le pidió que la cuidara mientras ella se bañaba en la casa de su suegra porque se había quedado sin gas), de tan solo 2 años de edad, abusó sexualmente de ella mientras filmaba y tomaba fotos de sus partes íntimas.
El Ministerio Público en sus tres ramas intervino en el juicio: la doctora María Susana Ferreyra ejerció la defensa del imputado y el asesor de Menores e Incapaces, doctor Fernando Sosa, custodió los intereses de la víctima. Los jueces que dictaron el fallo, en tanto, fueron los doctores Marcelo Ramón Fleitas, Gustavo Alfredo Ifrán y Marcelo Manuel Pardo. “Entiendo que se ha acreditado la existencia del hecho delictivo conforme lo expusiera el fiscal, con la adhesión del asesor de Menores”, dice el voto del doctor Fleitas.
El presidente del Tribunal se basó, entre otras evidencias, en las distintas testimoniales, como la de la denunciante del hecho y madre de la víctima. De sus dichos se desprende que la propia niña reveló que A. “le bajó el pantalón”, luego de que la prima del condenado hallara en el teléfono una foto (el dispositivo era de uso común) y se la exhibiera, para estupor de sus padres. La niña reiteró su relato incluso cuando era revisada por profesionales en el hospital. Allí la madre pidió que se llamase a la policía y corrió a confrontar al depravado.
R.I.A. negó ser el de la imagen, pero al momento de ser increpado llevaba puesta la misma campera que aparece en la foto (no se veían rostros en estos registros), según testimonió la madre. Si bien hoy la niña está escolarizada, sus docentes advierten que tiene conductas antisociales y que no se junta con sus compañeras. De igual forma se comporta con sus primas, en reuniones familiares. “De noche no duerme bien, llora toda la noche, come poco”, narró su mamá ante el fiscal Sotelo.
Ese relato dio cuenta también de que, tras el hecho, la víctima experimentó un retroceso en su desarrollo y tuvo que volver a usar pañales, los que hasta entonces solo usaba para dormir. Los usó hasta las 3 años y medio. Hoy tiene cuatro. “Ella no quiere que nadie se acerque. Siempre está sola, juega sola”, añadió la madre.
El Tribunal de la Cuarta Circunscripción y tal como lo pidió el fiscal, ordenó la inmediata detención de A., quien fue alojado en la alcaidía local para cumplir la pena que le fue impuesta.